La bese, se dio vuelta y le dije cerca del oido "buenas noches, hasta mañana". Y me quede pensando en eso, en despedirme al ir a dormir. Ninguno de los 2 iba a ir a otro lugar, ni siquiera ibamos a separarnos hasta volver a despertarnos.
Entonces pense "claro... la parte fisica se queda, la mente se va... la mente siempre se va". Y me quede reflexionando sobre como uno casi nunca esta donde tiene que estar, siempre uno esta pensando en otra cosa, otro lugar. Pero, cuando uno y la mente realmente estan en el mismo lugar el efecto es increible. Como si la nariz se volviera enorme, uno huele todo, incluso los cambios en el aire. Como si la lengua multiplicase las papilas gustativas, uno le siente el sabor hasta a los segundos. El tacto se vuelve indispensable, sentir su espalda en mi pecho se vuelve cuestion fundamental. Sincronizar las respiraciones. Dormirnos en una posicion y despertarse en otra, pero en la cual los 2 asumimos (inconscientemente) una posicion que encaje a la perfeccion con el otro.
Y asi, sin mas, me dormi.
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